Crisis alimenticia azota los hogares de la ciudad de Nueva York

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Organizaciones como Bread for the City se dedican a apoyar a personas desamparadas y de escasos recursos con comida, y ahora en estas festividades su idea central era aumentar su radio de acción para el evento Holiday Helpers que se celebra un día antes a Acción de Gracias. Sin embargo, los post-efectos del COVID-19, la inflación y demás hizo que no se pudiera lograr nada de lo planificado. Esto es un hecho que le ha pasado a otras organizaciones que proveen comida a las personas necesitadas. El descenso que se tuvo fue de un 20% menos que durante la pandemia.

Para este día de Acción de Gracias la organización se vio abrumada por personas necesitadas que hicieron largas filas para recibir pavos y una tarjeta de débito de US$50 dólares para comprar comestibles, pero se vieron obligados a cerrar sus puertas mucho antes de lo que se tenía estipulado. En este momento, cientos de organizaciones sin fines de lucro que se dedican a combatir el hambre en las calles de Nueva York han expresado que es urgente que el gobierno federal asigne presupuestos aún más altos a los estados más vulnerables de hambruna para poder combatir el desabastecimiento que hay y los altos niveles de inflación.

Un informe publicado por el Urban Institute sobre políticas económicas y sociales con sede en Washington estimó que ahora mismo 1 de cada 5 personas adultas se encuentra en estado de inseguridad alimentaria, una cifra casi similar al primer año de la pandemia. Muchos coinciden en que la inflación ha sido un fantasma que ha superado por mucho al COVID-19, y más de una familia se siente desesperada porque no sabe qué hacer para sobrevivir. Los precios de la comida han tenido un aumento de hasta un 10% trimestral, y eso es algo que nunca se había experimentado en Estados Unidos.

El Banco de Alimentos en Washington D.C. calculo que se necesitaría distribuir aproximadamente 43 millones de comidas durante el año fiscal del 2022 al 2023; sin embargo, el año aún no ha acabado y esta cifra ha variado ya en más de un 23%.

En Illinois, Jim Conwell, del Banco de Alimentos de la Zona Metropolitana de Chicago, dice que la necesidad todavía es elevada. “Así que estamos comprando más y gastando más en lo que compramos”, señaló.