El trabajo remoto afectó gravemente los alquileres comerciales en Nueva York

Articulista Invitado

Por José Zabala

Las oficinas ubicadas en la ciudad de Nueva York perderán el 44% de su valor previo a la pandemia para el año 2029 si se mantiene la tendencia creciente del trabajo remoto, proyectando pérdidas multimillonarias y serias anomalías en una metrópolis llena de rascacielos y espacios corporativos.

Un estudio actualizado que midió el impacto del trabajo remoto en el valor del espacio de oficinas de la ciudad de Nueva York ha pintado un panorama más grave que antes, en lo que respecta a las consecuencias post pandémicas en el resto de esta década.

Según un informe de The Real Deal, el cual cita investigaciones académicas de la Universidad de Nueva York (NYU) y la Universidad de Columbia, en general las oficinas en la ciudad perderán el 44% de su valor previo a la pandemia para el año 2029. Éste es un gran aumento de un 28% estimado el año pasado, destacó el noticiero NBC News.

Según el nuevo reporte inmobiliario, incluso aquellos que son optimistas con respecto al uso de las oficinas en la ciudad, han admitido que el trabajo remoto ha durado más de lo que pensaban.

Los autores del estudio encontraron que las empresas que no están utilizando en la misma medida su espacio de oficinas no están renovando sus contratos de arrendamiento, o han decidido seguir adelante en espacios más pequeños.

Los edificios de oficinas en la ciudad experimentaron un aumento notable en la ocupación física después del último fin de semana feriado en el país, el Día del Trabajador (Labor Day), celebrado en septiembre de 2022, alcanzando casi el 47% desde la pandemia. Sin embargo, este número parece haberse estancado ya que, a partir de mayo, la ocupación de oficinas es ligeramente superior al 48%.

En febrero un estudio de Bloomberg News alertó que sólo en Manhattan el cambio al trabajo remoto, o híbrido, significa que los trabajadores estaban gastando alrededor de US$12 mil millones menos cada año que antes de la pandemia.

También ha bajado la frecuencia de los viajes de negocios, con muchas reuniones y hasta eventos ahora hechos de manera virtual. La situación genera serias anomalías en una metrópolis llena de rascacielos y espacios corporativos, a cuyo alrededor se establecieron además comercios para suplir las demandas básicas de los trabajadores como restaurantes, bares, agencias bancarias, hoteles, papelerías, tiendas y salones de belleza y uñas.

En el área con menor tráfico y en las estaciones del Metro la delincuencia ha aumentado, y varios hoteles han sido transformados en refugios para inmigrantes e indigentes. Para muchos ese panorama ahuyenta el atractivo de volver a trabajar en las oficinas, creándose un círculo vicioso.

Nueva York se enfrenta -incluso desde antes de la pandemia- a una pérdida de habitantes. En consecuencia, en 2022 el estado de Nueva York perdió un curul en el Capitolio nacional y la asignación de fondos federales.

Ese fenómeno podría prolongarse a mediano plazo: el 30% de los habitantes de la ciudad, la “capital del planeta”, anhela vivir en otra parte, reveló una reciente encuesta del Siena College Research Institute (SCRI).

Las razones son variadas y no sorprenden a raíz de los constantes titulares de la prensa: delincuencia, altos impuestos y costos de vivienda -incluso apartamentos pequeños- y baja calidad en la educación pública. El liderazgo político poco representativo, y el ambiente no ideal para criar niños, también fueron mencionados como variables.

La insatisfacción no se limita a la ciudad: entre los consultados, el 27% de los residentes del estado de Nueva York dijo que quieren mudarse a otro estado en los próximos cinco años.

 

José Zabala, Periodista/Bloguero