En medio de la desolación Nueva York encuentra finalmente un motivo para celebrar como ciudad

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La ciudad de Nueva York está de fiesta por todo lo alto gracias a que este fin de semana el equipo y niño mimado de la ciudad, el New York City Fútbol Club, se titulara campeón de la Liga Mayor de Soccer (MLS, por sus siglas en inglés), noticia que trajo jubilo a las ruidosas calles de la ciudad.

En cada rincón se comentaba que Nueva York había vuelto a ganar, y no era para menos. La una ciudad, acostumbrada a los campeonatos,  que celebraba con alegría los triunfos de los New York Yankees y honraba los días de gloria de los Knicks de Nueva York, tenía ya más de una década sin alcanzar un título de campeones.

Gracias al New York City FC, la Gran Manzana ya tiene su primera corona en la liga más importante de fútbol en los Estados Unidos, y esto marca un hito para la tendencia futbolística que empieza a crecer entre la población en general, en especial en la comunidad anglosajona hasta ahora dominada por el baseball y el fútbol americano.

En la zona tri-estatal hay jubiló y es que, aunque los Red Bulls ya tenían cuatro “Supporters Shield”, ningún equipo había ganado la copa de la MLS. Ahora sí Nueva York puede decir a todo pulmón que sus equipos son campeones, luego que Nueva York derrotara en penales al poderoso e intimidante equipo de los Timbers de Portland.

Tres mil fanáticos dijeron presente en el Manhattan Ball en Midtown Manhattan para presenciar el partido, que fue transmitido para toda su fanaticada. Las normas y protocolo de seguridad contra el COVID-19 fueron debidamente respetadas y se mantuvo un estricto control sanitario para el ingreso de los participantes.

En hora buena manifestaba Mike Ventura, residente de Long Island, que afirmaba que había perdido el interés en ir a ver los partidos de los equipos en general porque siempre iba al estadio a verlos perder. Esta vez, el glorioso azul celeste mostró lo contrario.

El equipo más joven de la liga MLS demostró ser el amo y señor del fútbol, y Nueva York salta hoy en júbilo y felicidad por tan importante hecho, a pesar de la profunda crisis que vive la ciudad de Nueva York.