Exigen pasar una ley para frenar la onda expansiva de desalojos en NYC, principalmente en el condado del Bronx

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Cientos de personas en la ciudad de Nueva York están exigiendo a gritos que se apruebe una ley en este mismo año que prohíba el desalojo de inquilinos en toda la ciudad. Aseguran que hay miles de personas que han sido buenos inquilinos durante décadas y que ahora, por la situación de la pandemia, no han podido someter sus pagos a tiempo, afirmó Soraya Oto.

Muchas personas afirman que los propietarios continúan aumentando los alquileres de manera indiscriminada, y varios dominicanos en el condado del Bronx afirman que han visto incrementos de hasta un 40% en sus alquileres. Esto los ha obligado  a abandonar sus apartamentos. Hay edificios que ya se encuentran abandonados, haciendo parecer a Nueva York como una ciudad fantasma. Pero, como denuncian muchos inquilinos, los propietarios prefieren tener edificios abandonados que tener solidaridad con sus inquilinos que han sido leales por décadas.

Otro problema que está afectando la crisis de la vivienda es la gran cantidad de apartamentos que han convertido en cooperativas, en donde se les está dando la opción a los inquilinos en convertirse en propietarios. Pero,  es de sentido común que si las personas no están en capacidad de pagar su mensualidad a tiempo es casi imposible comprar la propiedad, afirma José Marte, residente en el sector  de Washington Heights.

Otro factor que se agrega a esta crisis de la vivienda es la gran cantidad de transacciones que ha habido entre caseros, en donde muchos edificios han sido vendidos a corporaciones grandes. A su vez, éstos han utilizado distintas tácticas para desplazar a los inquilinos quienes, en su mayoría, son de bajos ingresos.

La presión que padecen Carmen y Deisy se multiplica por miles en la Gran Manzana, en donde familias que por años no han incumplido con el pago de su renta, incluso durante los meses de dificultades pandémicas, corren igual el riesgo de ser desplazadas, porque corporaciones adquirieron sus edificios y están cambiando las ‘reglas de juego’ de sus residentes.

Actualmente aquellos inquilinos de apartamentos no regulados no cuentan con protección alguna contra la no renovación de sus contratos y aumentos de alquiler injustificables, algo que impacta aún más la condición de vida de personas de escasos recursos.