Latinos dependen cada vez más de las tarjetas de crédito en EE.UU.

Articulista Invitado

Por José Zabala

Entidades financieras estiman que el 73% de los hispanos adultos tienen plásticos de crédito, y el Banco de la Reserva Federal de Nueva York reveló que justo cuando la deuda colectiva se ha incrementado el 8.9% de los deudores en el estado entraron en mora durante el último año.

Julián González es un padre de familia que se gana la vida en Nueva York trabajando como mesero, en un restaurante “lujoso” en Manhattan. Y aunque asegura sentirse “feliz” en la Gran Manzana, porque tiene una esposa “amorosa”, dos hijos adolescentes, una bebé, un gato, un perro y hasta dos peces, entre risas, y con gestos de preocupación, a su lista de “posesiones” agrega que tiene una deuda actual de más de US$12,000, entre las tres tarjetas de crédito que usa. Últimamente los cobros lo han empezado a “ahorcar”, y menciona que a duras penas trata de mantener su buen crédito haciendo los pagos mínimos.

El inmigrante colombiano, quien forma parte de los millones de neoyorquinos de tienen deudas activas con sus compañías de crédito, y que de acuerdo a WalletHub supera actualmente la cifra colectiva de US$1.2 billones, afirma que solo cuando deudores como él se ven “con el agua al cuello con las deudas y los altísimos intereses que cobran las tarjetas”, lo ronda un sabor de arrepentimiento, y reconoce que falta mejor educación financiera entre comunidades como la latina.

“Las tarjetas de crédito al principio le parecen a uno como una salvación, más ahora que todo está costosísimo, y uno recurre a esas líneas de crédito para poder cubrir cosas que no alcanza uno a cubrir con el sueldo. Pero luego viene el dolor de cabeza si se usan sin un plan”, comenta el padre de familia, recalcando que de no ser por las compras que hace con sus tarjetas de crédito, no llegaría a fin de mes.

“Nosotros a veces creemos que el cupo en las tarjetas es dinero nuestro y al final terminamos hasta haciendo gastos innecesarios, y empieza uno a atrasarse en pagos. Ahí vienen cobros adicionales y uno está años pagando deudas eternas que no se reducen. Hay que aprender a usar las tarjetas de mejor manera”, recalcó.

Brenda Linares, quien también ha tenido sus “historias” con tarjetas de crédito, confiesa que le “salió muy caro” aprender la lección sobre cómo usar las líneas de crédito que los bancos y las corporaciones ofrecen como “pan caliente”, y aconsejó a quienes usan plásticos de crédito que no se “enloquezcan” con deudas que pueden evitarse.

“El problema no son las tarjetas de crédito en sí porque, la verdad, es bueno contar con una opción de crédito a mano, en caso de emergencias o cuando uno quiere darse un gustito extra. El problema es que uno no puede endeudarse más allá de lo que puede pagar. Es ahí cuando viene el golpe”, comentó la joven mexicana, quien por varios años estuvo reportada ante centrales de crédito y ni siquiera pudo volver a abrir una cuenta de banco por casi una década.

“Siendo más jovencita saqué dos tarjetas, gracias a que tenía buenos ingresos, y en menos de un año, tenía una deuda altísima que batallé mucho para poder pagar. Las llamadas de cobradores no paraban, las cartas me tenían estresada y mi puntaje de crédito se fue al piso”, comenta la trabajadora social. “Uno a veces compra y compra y no dimensiona, no solo el efecto de los pagos que hay que hacer a futuro, sino el de los intereses, que son el gran negocio de las corporaciones. No digo que no hay que tener tarjetas, pero hay que saber manejarlas”.

Y aunque según entidades crediticias, y sitios expertos en finanzas como Debt.com., los neoyorquinos en general tienen un buen manejo de sus deudas y mayormente cumplen con sus obligaciones. Las deudas de los usuarios de tarjetas de crédito en la Gran Manzana y el resto del estado han ido aumentando considerablemente este 2024.

Nueva York registró el cuarto aumento más alto en deuda de tarjetas de crédito en Estados Unidos en el último trimestre, agregando US$2,821,527,680 a la alcancía de dineros que se deben. Y se estima que un hogar promedio neoyorquino, entre ellos hogares hispanos, actualmente tienen deudas por tarjetas cercanas a los US$8,964.

Pero al rosario de datos, tal como lo manifiestan deudores latinos como Julián González, la cifra de quienes han comenzado a retrasarse en pagos, quienes además deben asumir penalidades por no pagar a tiempo, ha ido en aumento, según lo reveló el Banco de la Reserva Federal de Nueva York. Las cifras de esa entidad señalan que alrededor del 8.9% de los saldos de las tarjetas de crédito entraron en mora durante el último año, lo que está a tono con la queja de neoyorquinos que aseguran que la inflación, el aumento en los precios y el costo de vida, al igual que el estancamiento en el incremento de salarios, elementos a destacar tras la pandemia, ha hecho que se sienta más la falta de dinero.

“El incremento en las deudas y el aumento de préstamos y de balances en mora son una clara representación de las dificultades por las que están atravesando familias neoyorquinas, no solamente de bajos ingresos sino también de recursos medios, que antes no se veían tan afectadas con las fluctuaciones financieras”, aseguró José Rodríguez, asesor financiero en la Gran Manzana. Y aunque miles de tarjeta habientes han tratado de hacerle frente a las dificultades económicas con sus plásticos de crédito, el gran problema que enfrentan quienes han empezado a atrasarse en sus pagos, según el experto, es que los elevados intereses cobrados por las tarjetas, estimados de acuerdo a Forbes en 27.65%, no dan un respiro.

“La tendencia es bastante dura para quienes han adquirido deudas, y el panorama luce más desalentados si los deudores se limitan a hacer pagos mínimos. El consejo número uno es no asumir deudas que de antemano se sabe que va a ser muy difícil pagar, y consultar siempre con asesores financieros que les expliquen bien los términos en que se está aceptando una tarjeta, porque hay quienes incluso ni siquiera saben cuál es el interés que están pagando por sus deudas”.

El informe de la Reserva Federal de Nueva York va más allá y asegura que casi el 20% de los titulares de tarjetas de crédito están ya “al límite”, y han hecho uso de por lo menos el 90% del cupo que tienen disponible, lo que según el órgano financiero los pone en una posición más probable de no poder cumplir con sus obligaciones crediticias.

Y al hablar de cuáles neoyorquinos estarían enfrentando más dificultades con sus tarjetas, la entidad destaca que personas menores de 30 años y aquellas que residen en barrios de bajos ingresos, tienen mayores probabilidades de estar en la raya máxima del uso de sus cupos de endeudamiento. Especialmente los deudores de la llamada Generación Z han mostrado que uno de cada seis estaba a punto de agotar su crédito, mientras que entre personas de más de 60 solo el 4.8% tiene ese mismo panorama.

Y es tal la preocupación que el aumento en las deudas y las dificultades para pagar a tiempo por parte de miles de neoyorquinos ha generado, que el propio Departamento de Protección al Consumidor del Estado haya hecho un llamado para que quienes usan tarjetas, no se lancen al vacío sin conocer bien lo que ello implica y por el contrario se informen y se eduquen financieramente.

Esa agencia estatal advierte que, en promedio, actualmente, quienes usan esas líneas de crédito suelen tener unas cuatro tarjetas y tienen balances pendientes del orden de los US$9,000 lo que llega a ser un dolor de cabeza.

“La abrumadora deuda de tarjetas de crédito puede sucederle a cualquiera: estudiantes universitarios con su primera tarjeta de crédito, una familia promedio que gasta demasiado hoy y ahorra muy poco para mañana, o personas mayores que viven en un piso de ingresos fijos con gastos inesperados. La deuda de tarjetas de crédito tiene un efecto devastador en las vidas de millones”, asegura el Departamento de Protección al Consumidor, que creó un folleto educativo que busca advertir a los neoyorquinos sobre el uso de esos créditos.

“Elegir la tarjeta de crédito adecuada y utilizarla sabiamente puede evitar que caigas en deudas graves y de largo plazo”, agregan, señalando que se debe comparar las ofertas de tarjetas de crédito que haya en el mercado y contactar a bancos u obtener información precisa.

 

José Zabala, Periodista/Bloguero