Ocho errores a no cometer en Nueva York

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Subir a un rascacielos en un día nublado, no aprovechar las actividades gratuitas, subestimar el clima y centrar la atención solo en Manhattan son algunos de los desaciertos que los turistas cometen en su primer viaje a la Gran Manzana.

Nueva York es una de las ciudades más fascinantes, dinámicas y multiculturales del mundo. Aunque puede ser caro, es un destino que todo viajero debe conocer por la gran variedad de atracciones que caracterizan a sus cinco condados: el Bronx, Brooklyn, Manhattan, Queens y Staten Island. Hasta la fecha, se mantiene como una de las ciudades más visitadas del planeta y, según New York City Tourism + Conventions – la organización oficial de promoción turística de la Gran Manzana – se estima que en 2023 recibió más de 60 millones de turistas, entre los cuales me incluyo.

En mis primeros viajes a esta ciudad cometí más de un error, como visitar el puente de Brooklyn en un día en el que la corriente del aire rompió mi paraguas, o la noche en la que decidí trasladarme del aeropuerto a mi hotel en metro. Para evitar que te suceda lo mismo, hice una lista de errores comunes con recomendaciones que te librarán de caer en estas incomodidades viajeras.

Para llegar a Nueva York existen tres aeropuertos: el John F. Kennedy (JFK), el más grande; La Guardia, ubicado en el condado de Queens; y el de la ciudad de Newark, en el vecino estado de Nueva Jersey. Por este motivo, antes de comprar un vuelo es necesario revisar cuál es el aeropuerto en el que se va a aterrizar y no dejarse llevar únicamente por las tarifas de los billetes. La mejor opción para los turistas es el JFK, por su conectividad con el transporte público.

El error que muchos cometen es no tener en cuenta cómo ir del aeropuerto a la ciudad. En caso de aterrizar en el JFK, el metro suele ser buena opción siempre y cuando el vuelo no sea nocturno. En ese horario la seguridad no es una garantía. Una alternativa rápida son los taxis. Sin embargo, hay que tener cuidado con los que no están autorizados y ofrecen sus servicios en las puertas de salida de los aeropuertos. La mejor forma de evitarlos es hacer uso de aplicaciones como Lyft o Uber.

Una gran opción, si se viaja en grupo, es el transporte privado. Recomiendo Luxury NY Limo, una empresa con servicios de limosinas, camionetas y vans de lujo. Sus tarifas van desde los US$105 (unos 96 euros), y los costos van a depender de la cantidad de pasajeros, del aeropuerto del punto donde  te recojan y de los servicios adicionales que se quieran integrar.

No tener claras las actividades

La clave para recorrer Nueva York es la planeación de itinerarios efectivos basados en las distancias, el clima y los mejores horarios para visitar ciertos sitios. Para economizar y hacer uso eficiente del tiempo, las tarjetas turísticas son una excelente opción porque permiten conocer las atracciones más populares de la ciudad.

Si la estancia es de más de tres días, conviene adquirir un pase turístico como el Sightseeing Day Pass o el New York Pass, que ofrecen 160 opciones de atracciones como el mirador del edificio Empire State, el ferry a la Estatua de la Libertad y el Museo de Historia Natural, entre otros. Tienen diferentes paquetes y sus precios dependen de la cantidad de atracciones que incluyan. En caso de no adquirir una tarjeta turística, lo mejor es comprar anticipadamente por internet los boletos para museos, miradores y atracciones, porque en temporada alta las filas suelen ser muy largas.

Para moverse con facilidad es importante planificar las rutas y saber cuánto tiempo te llevará llegar a cada lugar. Considera caminar para distancias cortas y usa aplicaciones como Google Maps o Citymapper, una app que muestra la mejor forma de ir de un punto a otro. Ambas ofrecen mapas offline para navegar sin preocuparse por la conexión.

No usar el metro

El metro de Nueva York es uno de los sistemas de transporte más eficientes y económicos para los viajeros, pero siendo principiante puede ser intimidante por sus líneas intrincadas. Vale la pena aprender cómo transportarse entre sus estaciones porque ahorrará mucho dinero en traslados. Un boleto cuesta alrededor de US$2.75 (2.46 euros) por viaje, y si tu estancia en la ciudad es superior a tres días lo ideal es adquirir la Metro Card, una tarjeta con sistema de recargas que incluye varios viajes.

Cada línea de metro tiene diferentes tipos de trenes identificados por letras, números y colores. Existen trenes locales que se detienen en todas las estaciones y otros exprés, que únicamente hacen paradas en las más importantes; también direcciones señalizadas como Uptown o Downtown. Para orientarte usa Google Maps, descarga la aplicación Metro de Nueva York: Mapa MTA —con mapas del metro de Nueva York con rutas y estado del servicio— o la app MYmta que guía en el metro y los autobuses de la ciudad.

Comer todos los días en restaurantes

La Gran Manzana tiene una de las ofertas culinarias más envidiables y degustar un buen platillo en sus restaurantes es tentador, pero hacerlo todos los días encarecerá cualquier presupuesto. A pesar de su extensa oferta gastronómica con buenas referencias, también abundan establecimientos que ofrecen servicios de mala calidad a precios elevados. Para evitar que los ahorros se vayan en alimentos, siempre que viajo a la Gran Manzana disfruto algunas comidas en sitios que tienen precios económicos o moderados. Es una buena alternativa comprar comida en los Deli, pequeñas tiendas que ofrecen desayunos, sándwiches y meriendas y cuyos precios oscilan entre los US$3 (2.74 euros).

Otros lugares con buena comida y precios por debajo de la media son: Chelsea Market, Zucker’s Bagels & Smoked Fish, Essex Market, las delicias italianas en Eataly, los restaurantes del Barrio Chino (Chinatown) o la famosa cadena de hamburguesas Shake Shack.

Elegir un hotel poco céntrico

La oferta hotelera en Nueva York es enorme, pero también costosa, por lo que encontrar un alojamiento con buena ubicación y a buen precio es todo un reto. Aunque no todas las atracciones se concentran en Manhattan, sí considero que es de las mejores opciones para hospedarse por su conectividad y fácil acceso. Los hoteles en los que me he alojado en esta zona y que recomiendo son: Hotel New York Times Square y The Pod 39 Hotel, con ubicaciones excepcionales y precios moderados.

Si viajas por segunda o tercera vez a la ciudad de los rascacielos y quieres desplazarte por sitios menos turísticos, considera alojarte en barrios ubicados en los condados de Brooklyn o Queens, donde hay opciones más económicas. Antes de hacer la reserva, revisa con detenimiento qué tan cerca está una estación de metro o una parada de autobús.

No sacarle provecho a las actividades gratuitas

La ciudad tiene el privilegio de ofrecer muchas experiencias gratuitas de alto nivel. Considera en el itinerario cosas que no tengan costo como caminar una tarde en Little Island, un pequeño parque público con jardines, espacios verdes y miradores panorámicos, o subir al ferry de Staten Island para admirar la Estatua de la Libertad. A la lista se suma la tienda de Harry Potter que es un auténtico museo, el parque elevado The High Line, la entrada a The Oculus, o algunos museos conmemorativos, como el del 9/11, que los lunes por la tarde tiene acceso libre.

Comprar entradas a los miradores sin comprobar el tiempo

Nueva York es una ciudad que se caracteriza por tener como atractivo turístico muchos rascacielos, pero también por ser un destino en el que es frecuente que haya neblina o lluvia esporádica. Para no llevarte una desilusión como la mía, la primera vez que subí al Top of the Rock no tomé en cuenta las condiciones del tiempo.  Es crucial revisar el pronóstico del tiempo antes de comprar las entradas a cualquier mirador para asegurarse que ese día esté lo más despejado posible.

En mi top de miradores se encuentra The Edge, por ser un rascacielos al aire libre que tiene una de las mejores vistas de la ciudad y un triángulo de cristal sobre el que los turistas pueden caminar. En Segundo lugar tengo The Summit, el Empire State Building, el One World Observatory y el Top of the Rock. El precio de la entrada depende de factores como el horario, pero los accesos generales van desde los US$40 (36.5 euros). Lo más práctico es adquirir un pase turístico como el Sightseeing Day Pass que incluye el acceso a varios rascacielos.

Centrar tu atención en Manhattan

Las películas y series televisivas han promovido tanto el condado de Manhattan que muchos turistas priorizan este distrito sobre los otros cuatro que tiene Nueva York. Pero esta ciudad es mucho más que Times Square, Broadway o Central Park. Si es tu primera vez en este destino, mi sugerencia es visitar algunos de los sitios más emblemáticos de Manhattan y apartar en tu itinerario dos días para recorrer otras zonas.

Considera a Brooklyn para recorrer su emblemático puente en bici o caminando, recorrer los barrios de Dumbo y Williamsburg, caminar por Prospect Park y Coney Island. En el Bronx, la cuna del hip hop, encontrarás sitios como el Jardín Botánico de Nueva York, el Yankee Stadium, el Museo de Arte y mercados como el Bronx Night Market. En Queens sobresale el parque Flushing Meadows, la playa Rockaway y el MoMa PS1, el museo más grande de arte contemporáneo de Estados Unidos. Sin dejar a un lado Staten Island, el condado que alberga Snug Harbor, un enorme centro cultural con museos, edificios neoclásicos y jardines botánicos.

Finalmente, como el clima en Nueva York es volátil, es muy importante monitorear constantemente el estado del tiempo. Aunque viajes en verano debes llevar en la maleta una chamarra impermeable y un paraguas.

Para complementar esta información e irte muy bien preparado, recomiendo adquirir la guía de viaje de Nueva York de Molaviajar, a la venta en su página web (está a la venta en formato físico o digital)

¡Ahora sí, prepara maletas porque NYC te espera!