Padres de familias preocupados por las escuelas públicas en el medio de la pandemia

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Los padres de familia de la ciudad de Nueva York se encuentran con el grito al cielo, entre ellos quisqueyanos que han afirmado encontrarse en una encrucijada puesto a que por un lado desean que las escuelas abran para poder dejar a sus hijos y regresar a trabajar, pero por el otro les preocupa el alto nivel de contagio que se han presentado en las escuelas en momento donde la ciudad está alcanzando cifras récord de contagios, superando a la media nacional.

Muchos padres de familias han afirmado que, si los planteles escolares cierran definitivamente, no tendrán ninguna otra opción más que dejar de trabajar. Maria Jiménez, residente en Washington Heights afirmo “Si dejo a mis muchachos solos en la casa y algo llega a pasar la ciudad me los quitara, pero si no trabajo tampoco puedo alimentarlos. Estoy pensando seriamente mandarlo a Santo Domingo para donde sus abuelos”.

Dudas, temores, depresión se ha apoderado de casi todos los habitantes de la ciudad de una manera u otra, pero son las comunidades más vulnerables y de menores ingresos los que han llevado la parte más cruda de la realidad que está viviendo la ciudad que nunca duerme. Con un promedio cercano al 10%, NY se presenta al mundo como una de las ciudades más peligrosas para adquirir la terrible enfermedad, esto sin contar los niveles de criminalidad sin precedente que la ciudad ha estado viviendo desde el inicio de la pandemia.

El terror psicológico que viven los padres es algo crítico para la salud mental de todos y la situación ha empeorado luego de que el departamento de educación anunciara que 138 planteles escolares se mantendrán cerrados temporalmente debido a casos positivos. A nivel estatal los contagios están en el 6%, pero a nivel local ya se encuentran en 9.21% y de ese porcentaje 74% corresponden a los barrios pobres de la ciudad. La asociación de maestros la UFT ha establecido que si el contagio rebasa el 9% de contagio lo más seguro es cerrar de igual manera, ya que la seguridad de los niños y de los maestros es lo más importante.

Por su parte el alcalde de Nueva York Bill de Blasio insiste constantemente a la administración del gobernador Cuomo, que las escuelas públicas deben de convertirse en centros de vacunación para poder alcanzar en una forma más eficaz a todos los empleados y niños de cada uno de los recintos escolares. En este momento Nueva York se encuentra esperando una nueva orden de vacunas, ya que las que recibió por parte del gobierno federal están casi agotándose.