Nueva York grita por un plan urgente contra las armas

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Un conglomerado de empresas, más de 200,  han apoyado de manera contundente el plan contra las armas propuesto por el alcalde Eric Adams con el objetivo de detener la violencia que se ha desatado en la ciudad de Nueva York. Empresas gigantes como JP Morgan Chase y Pfizer han dicho que apoyarán las iniciativas de la alcaldía en un cien por ciento, ya que una ciudad insegura no es buena para un clima de negocios favorable.

La seguridad pública es una prioridad. Y todo este movimiento ocurre en momentos en que dos oficiales del Departamento de la Policía de Nueva York (NYPD) , de origen dominicano, fueron asesinados durante el ejercicio de sus funciones.

El aumento de las agresiones se ha disparado a niveles alarmantes en toda la ciudad. Seis de cada 10 residentes sienten que Nueva York se ha convertido en la ciudad más peligrosa de todo los Estados Unidos.

El asesinato de estos policías latinos le ha recordado a todo el estado que los niveles de inseguridad ya son insostenibles. Incidentes como personas que empujan a otras sin razón a los rieles del tren, a asaltos a mano armada en plena luz del día, han sembrado temor entre los ciudadanos de la ciudad.

La delincuencia ha tomado a Nueva York por los pelos como si no existiera el orden público para detenerlo. Muchos residentes de Washington Heights y el Bronx han expresado sus opiniones en cuanto a esta situación, y han dicho que el problema no es diseñar un plan solo contra las armas, si no introducir un plan de seguridad pública completo y aumentar las sentencias a todo el que cometa un crimen.

José Rodríguez expresó que no se hace nada restringiendo las armas si ahora mismo hay delincuentes asaltando con tubos, bates, botellas y cuchillas. Hasta con martillos andan en la calle golpeando a la gente trabajadora; entonces hay que hacer una reforma completa al sistema de seguridad pública ya que estos atacantes que utilizan armas no convencionales para sus ataques hacen el mismo daño y los están condenando como si se tratara de un crimen menor.

Muchas de las empresas del sector privado han limitado a sus empleados a ir a la oficina y no necesariamente por el asunto del COVID-19, sino por la falta de seguridad que tiene la ciudad.

De esta situación no resolverse a tiempo, muchas de estas empresas estarían dispuestas a trasladar sus instalaciones hacia otros estados más seguros.